Por Lorenzo Miró.
La calle Morei en una fotografía de 1936 |
" CARRE D'EN MOREI "
Historia:
Calle de la Ciudad Vieja que va de la Plaza de Santa Eulália a la calle de San Pedro Nolasco. Toma el nombre de la casa que fue de la familia Morei, que es la que lleva el nº 11 y de la cual hablaremos más abajo. Se trata de una familia de caballeros establecida en Mallorca en el siglo XIII. Una rama, primero residente en Muro, se trasladó a Palma en el siglo XV y dió nombre a este calle. Zaforteza(*) da testimonio que en el momento de escribir su libro conservaba la baldosines de 1797, que decía literalmente C. d'en Morey. En 1862 el nombre fue traducido por "calle de Morey". El 2 de noviembre de 1990 se tradujo de forma catalana con la forma "carrer d'en Morei". Poco tiempo después, con Ayuntamiento gobernado por eI Partido Popular y presidido por Joan Fageda, alguien que no entendía mucho de criterios lingüísticos, solicitó al Ayuntamiento el retorno a la grafía Morey. Aquel Ayuntamiento, que tampoco debía tener mucha preocupación por la coherencia lingüística, accedió, y el 27 de febrero de 1992 se cambia la placa por otra que decía "carrer d'en Morey". El día 30 de octubre de 2008 se repone la forma lingüísticamente correcta y la placa vuelve a decir "carrer d'en Morei", que esperamos que dure mucho tiempo.
En esta calle tenemos algunos edificios de gran interés. En el nº 1 está Can Amorós, casa reconstruida en el siglo XX por el arquitecto Josep Ferragut, pero que conserva la entrada de la casa original, con columnas de mármol rojo del siglo XVIII.
En el nº 4 una soberbia lápida barroca colocada en 1931 recuerda que en la casa hubo la antigua imprenta de los impresores Guasp "la más antigua de Europa que sin interrupción subsiste con el mismo nombre", fue fundada por Gabriel Guasp en 1579 y funcionó hasta 1958.
En el nº 8 encontraremos Can Ordines d'Almadrà, dicho alguna vez Can Vivot-Santjoan, porque fue construido en el siglo XVI por Berenguer Vivot, casado con Juana de Sant Joan, y durante algunos siglos estuvo en manos de esta familia. Se conservan elementos góticos y renacentistas, como los dos portales de los estudios situados en cada lado del vestíbulo. Clavada en una pared hay una lapida funeraria romana que se encontró durante las obras de reforma de la casa en el siglo XX.
En el nº 9, tenemos un gran edificio emblemático, Can Olesa, donde podemos contemplar una magnífica entrada del final del siglo XVII con columnas jónicas, arcos muy rebajados, una escalera con barandilla de hierro forjado, etc. Esta entrada fue modelo de referencia para las reformas de los casales de Palma del siglo XVIII. El edificio perteneció primero a la familia Morei, que da nombre en la calle; en el siglo XV fue adquirido por la familia Descós. En el XVII fue comprado por Salvador Olesa, de una poderosa familia. Los Olesa (apellido pronunciado popularmente Aulesa y escrito Oleza) era una familia noble venida a Mallorca con la Conquista. A una edad avanzada Salvador Olesa se convirtió en el jefe del linaje y el casal se convirtió en la casa principal de esta familia, sustituyendo la que había en las calles de Can Anglada y de San Pedro Nolasco. Los Olesa al final del siglo XVII hicieron una gran reforma, que incluye la entrada referida y que dió al casal el aspecto actual. La casa se caracteriza por la combinación de estilos, como el plateresco de las ventanas, el gótico de los arcos del porche o el barroco de la gran entrada, donde vemos las típicas columnas mallorquinas abombadas, capiteles jónicos y unos arcos muy rebajados. En 1973 la casa fue declarada monumento histórico-artístico.
En el nº 11 se encuentra Can Pacs-Fuster. Es la que fue la casa de la familia Morei, que da nombre a la calle. En 1531 el caballero Bernat Morei fue ejecutado y la casa fue adquirida por la familia Pacs Fuster, propietaria de l'Estorell (posesión del término de Lloseta), por lo que la casa es conocida como la posada de l'Estorell. El escudo los Pacs Fuster, atribuido a Juan de Salas, se conserva la fachada. En 1549 se hizo una gran reforma en el casal que lo convirtió en uno de los mejores edificios renacentistas de Palma, con una de las entradas más bellas de la ciudad. Uno de los propietarios fue, por herencia, Ramón Burgues- Zaforteza y Fuster, el famoso conde Mal. En la segunda mitad del siglo XVIII la casa pasa a manos de los Togores, condes d'Aiamans. Durante la década de 1880 se hizo una lamentable reforma que llevó el desmontaje y venta de los elementos más valiosos, que durante la década de 1920 fueron vendidos y trasladados a los Estados Unidos. Hasta ahora no han sido localizados. Sólo se conservan unos portales renacentistas y el escudo de los Pacs-Fuster mencionado.
(*) Diego Zaforteza y Musoles "La ciudad de Mallorca, ensayo histórico-toponímico" (1958)
(Fuente: Els carrers de Palma, (2012) de Gabriel Bibiloni)
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