18 de octubre de 2020

El accidente del autobus de Son Vida

 - CRÓNICA NEGRA -

(Este articulo apareció en la revista CORT de julio de 1964)

 

Aquí se ve la dirección rota del autobus (Fotógrafo Torrelló)

La pasada semana, sobre las 6 de la tarde, en la carretera de Son Vida, en el punto conocido por "Cuatre Vents" un autobús de la Compañía de Tranvías que presta servicios entre el Hotel Son Vida y Palma Capital, sufrió una avería en la dirección quedando el vehículo sin gobierno y cayendo, a pesar de los esfuerzos del chófer, por una de las márgenes de la carretera de unos cuatro metros de altura y volcando aparatosamente.  En el interior del vehículo viajaban unas 25 personas que con el revoltijo que se produjo al rodar el coche sufrieron heridas de diversa consideración, y con bastante gravedad nueve de los pasajeros. A los pocos días uno de ellos don Juan Moreno Lorenzo, de 59 años, fallecía a pesar de los esfuerzos médicos.


D. Eleuterio Pastor

Los servicios de socorro de la Cruz Roja, Son Dureta, Mare Nostrum, Clínica Rotger y Casa de Socorro se pusieron en función rápidamente rivalizando en actividad para asistir a los numerosos heridos del autobús siniestrado. Pero quien, desde el primer momento se distinguió por su esfuerzo sin contar para ello más que con sus propios brazos para ayudar a las víctimas que habían quedado dentro del coche sin poder salir fue el obrero afincado cerca del lugar del accidente Juan Guerra Rodríguez y su esposa. Ese hombre rompió los cristales de una de las ventanillas y fue sacando a los heridos en el primer momento hasta que poco después recibió ayuda ajena.  El comportamiento de ese trabajador, ha merecido días más tarde la felicitación del Alcalde de Palma D. Máximo Alomar Josa quien le hizo entrega de un sobre con una cantidad de dinero como premio y le prometió interesarse para que le sea facilitada una vivienda confortable para él y su familia, ya que la que vive no reúne las condiciones adecuadas.


Doña Felipa Arroyo con sus hijos y su marido

Con mayor detalle del caso y a título ampliatorio de esta noticia del accidente, ofrecemos otra información recogida por nuestra compañera Mercedes Guasp de Rovira. Nuevamente voy a escribir algo, sobre Son Vida y sus alrededores, más el motivo que hoy me obliga a tomar la pluma, no es la relación de un lujoso coktel de sociedad, ni las gestas heroicas del pasado legendario, ni la brillante actuación de elegantes jugadores del golf. Quiero hacer resaltar la noble actuación espontánea y humana, frente a la tragedia y el dolor, de un grupo de trabajadores, que sencillamente viven como mejor pueden, en el que un día fuera lujoso chalet de "Cuatro Vientos". Diez familias, algunas de ellas numerosas, luchan, trabajan y se afanan por conservar un techo que les preste cobijo, y he de confesar que al penetrar en su recinto, he sentido más ( respecto ante este vivir suyo unido y comunitario, que en todas mis anteriores expediciones, por tan descritos y lujosos parajes.

 

El motivo que ha puesto a prueba el sentir de estas gentes sencillas, destacando su generosidad, ha sido el aparatoso accidente ocurrido al Autobús de la Compañía de Tranvías que recorre la línea Son Vida Palma. Voy para enterarme de los detalles de lo ocurrido, pero son ellos los que me acosan a preguntas. Se interesan por la salud de los heridos, desean saber cómo siguen, si los más graves mejoran, si todos permanecen con vida. Procuro tranquilizarles y a mi vez converso con Juan Guerra Rodríguez y con su mujer Eduarda Martínez. Ellos fueron quienes primero se dieron cuenta del accidente y sin vacilar un momento, acudieron presurosos para prestar toda la ayuda de que eran capaces. Mientras los dos bajaban hasta el barranco en donde habían visto precipitarse el autobús, con el consiguiente sobresalto, otro vecino Antonio Roblás, corrió con la moto a toda velocidad para telefonear desde Son Rapinya, a la policía Municipal y demás auxilios sanitarios. 


Los salvadores Juan Guerra y su mujer Eduarda

¿Cómo pudieron llegar hasta los heridos?
—Mi mujer y yo —dice Juan Guerra— corriendo cuanto podíamos llegamos hasta el vehículo siniestrado, nos acompañaba una cuñada nuestra, madre de siete hijas, dispuesta a ayudar también espontáneamente, se llama Felipa Arroyo, por si quiere ponerlo.
—¿Cuál fue la primera impresión que se llevaron?
—Fue una impresión tremenda, pues con el shock del golpe, ningún herido emitía voces ni gritos, por lo que creíamos que todos estaban muertos. Este silencio sólo duró un segundo, ya que al instante empezaron los gemidos y las demandas de ayuda.
—¿Cómo pudieron sacar a los pasajeros?
—Rompiendo los cristales con piedras logramos sacar primero al chófer que salió por su pie, luego mientras yo cogía los cuerpos y los sacaba por la ventanilla, mi mujer y mi cuñada les sostenían desde abajo.
—Mire como se me puso la blusa —dice ésta última— mostrándome una prenda toda ensangrentada.
Eluterio Pastor, otro vecino de "Cuatro Vientos" también acudió presuroso, hiriéndose como nosotros las manos y los pies.
—¿Cuántos pasajeros sufrieron en el accidente?
—Creo que fueron dieciocho, yo saqué unos once, algunos parecían estaban bastante graves.


Así quedó el autobus tras el percance

Gracias al aviso inmediato, acudieron con toda presteza los auxilios necesarios y la feliz coyuntura de haber sido inmediatamente atendidos, quizás haya salvado la vida de los más graves. Al hablar con los vecinos de "Cuatro Vientos", se nota en todos un gran interés por el prójimo, se hacen solidarios de su dolor y sienten la satisfacción de haber podido ser útiles. Salgo de allí emocionada, y haciéndome a mi vez solidaria de las necesidades de estas familias trabajadoras, quisiera lanzar yo también una sugerencia. Mejorar su forma de vida y sus condiciones de habitabilidad, a fin de consolidar su situación en este lugar, que una vez remozado y puesto a punto, puede ser uno de los centros obreros más dignos y hermosos de la isla.


Mercedes Guasp Rovira
Revista CORT (julio 1967)

1 comentario:

  1. Interesantisimas imagenes, un blog que enamora, increible informacion.
    Excelente blog!!

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Palma 1955 (Parroquia de Santa Payesa)