Hoy, Fotos Antiguas de Mallorca cede la pluma y el lugar a Alejandro Sans para que nos cuente la hazaña que realizó su padre y un grupo de estudiantes del SEU en el año 1950. Una hazaña jamás repetida.
El recorrido de las piraguas: de Palma a Roma
Año 1950.
1950 fue el 24 avo. Año Santo. Por este motivo 16 estudiantes del SEU de Madrid, decidieron ganarse el Jubileo haciendo el recorrido de Palma de Mallorca a Roma en piragua, en varias etapas. Acompañados, lógicamente, por un barco de avituallamiento; en total 577 millas náuticas (unos 1.070 Km) atravesando, prácticamente todo el Mediterráneo Occidental de Oeste a Este. Un reto deportivo sin precedentes, para aquella época, incluso aun para la nuestra... una auténtica locura, cargada de encantos, son sabor a sal.
Para tal aventura, uno de los responsables de la expedición y uno de los artífices de la idea, el capitán Jesús Luque Recio junto con Virgilio Hernández Rivadulla y Hernando Calleja, decidieron utilizar tres piraguas de cuatro plazas cada una (K4), hechas de madera contrachapado marino y forradas exteriormente de lona impermeabilizada para evitar posibles filtraciones. En el diseño de estas embarcaciones intervino el joven arquitecto José Sans Gironella (Pepín) - mi padre.- , muy aficionado a la navegación a vela quien, según contaba, se apoyo para proyectar estas canoas en la experiencia y consejos de unos carpinteros de rivera, amigos suyos, que tenían un astillero de barcos de pesca en la población Cántabra de Laredo, donde Pepín pasaba sus veranos navegando y regateando en un Snipe.
1950 fue el 24 avo. Año Santo. Por este motivo 16 estudiantes del SEU de Madrid, decidieron ganarse el Jubileo haciendo el recorrido de Palma de Mallorca a Roma en piragua, en varias etapas. Acompañados, lógicamente, por un barco de avituallamiento; en total 577 millas náuticas (unos 1.070 Km) atravesando, prácticamente todo el Mediterráneo Occidental de Oeste a Este. Un reto deportivo sin precedentes, para aquella época, incluso aun para la nuestra... una auténtica locura, cargada de encantos, son sabor a sal.
Para tal aventura, uno de los responsables de la expedición y uno de los artífices de la idea, el capitán Jesús Luque Recio junto con Virgilio Hernández Rivadulla y Hernando Calleja, decidieron utilizar tres piraguas de cuatro plazas cada una (K4), hechas de madera contrachapado marino y forradas exteriormente de lona impermeabilizada para evitar posibles filtraciones. En el diseño de estas embarcaciones intervino el joven arquitecto José Sans Gironella (Pepín) - mi padre.- , muy aficionado a la navegación a vela quien, según contaba, se apoyo para proyectar estas canoas en la experiencia y consejos de unos carpinteros de rivera, amigos suyos, que tenían un astillero de barcos de pesca en la población Cántabra de Laredo, donde Pepín pasaba sus veranos navegando y regateando en un Snipe.
Los estudiantes en el vapor de Valencia a Palma |
Las piraguas fueron bautizadas con los nombres de Virgen del Pilar (remeros: (capitán) Luque, Sanjuán, Araujo y Fernando), Virgen del Carmen (remeros: (capitán) Piernaveja, Juanito, Bladimiro y Floro) y Virgen de Loreto (remeros: (capitán) Calleja, Armentía, Celso y Nieto) mas cuatro de reserva (Pepín, Cabezudo, Gosálvez y Samos) y un asesor religioso del SEU, Félix Monedero.
El 7 de Agosto de 1950 salieron de Madrid los 16 piragüistas del SEU con dirección a Valencia. Al día siguiente, en Valencia, embarcaron en el vapor correo a Palma de Mallorca, donde iba a iniciarse esta extraordinaria singladura.
Bendición de las piraguas en el C.N. de Palma |
Presentación de todo el equipo del SEU en el Club Náutico de Palma
A las 12 del mediodía de aquel 15 de Agosto de 1950, al grito del padre Monedero “¡A Roma muchachos!”, empezó la aventura. Rodeados por multitud de embarcaciones de todo tipo, los piragüistas atravesaron la Bahía de Palma, posiblemente navegando contra un suave "embat" estival y tras virar Cabo Blanco, pusieron rumbo Cabo Salinas y luego a Cala d’Or. Esta primera etapa, en la que suelen dominar en verano los vientos de proa, vientos de Levante que llegan a arbolar una mar de proa bastante significativa, aunque es unas de las travesía mas corta, sirvió para darse cuenta de lo que les esperaba, un durísimo esfuerzo físico y mental. Al llegar a Cala d’Or, algunos de los remeros se lo estaban pensando, y dudan si aguantarán semejante esfuerzo. Las prácticas en la Casa de Campo de Madrid no se acercaban a la realidad en lo mas mínimo. La ola corta y continua del Mediterráneo. Las corrientes de superficie y la incidencia del viento sobre las canoas, muy ligeras y sin deriva alguna, hacen que la navegación sea lenta y muy dura. Mucho más de lo que, en general, habían previsto.
Saliendo del puerto de Palma... ¡Empieza una aventura de casi 1.000 Km. en el mar!
Al día siguiente, 16 de Agosto, hacen el tramo Cala d’Or a Cala Ratjada (Capdepera). En este tramo el viento y el oleaje es mayor y mas duro. Sin embargo logran saldar la singladura con éxito. Se van animando.
En Cala Ratjada surgen problemas. Debido al mal tiempo en el canal de Mallorca-Menorca, tienen que ir posponiendo la salida. Todo el pueblo se vuelca con los remeros y se ofrecen mas de 35 camas de diferente familias, todo un ejemplo de hospitalidad. El Maryola tiene que ser sustituido por el remolcador RR20 que tiene que venir de Alcudia, pero a causa del temporal se retrasa unos días. Para pasar el tiempo, algunos componentes del equipo se dedican a jugar a las cartas en la cantina del puerto. Otro día se van de excursión a las cuevas de Artá. En uno de los días, unos pescadores pierden unas redes a causa del temporal. Mas tarde son recuperada desde una de las piraguas.
Por fin el 19 de agosto, el tiempo da un respiro y llega el remolcador RR20 de madrugada. A las 6 de la mañana empieza la travesía a Ciudadela (Menorca), un recorrido de unas 24 millas. Es la primera vez que la flotilla navegaba en alta mar, sometida a unas condiciones mucho mas duras que las que habían experimentado hasta aquel momento, ya que siempre habían ido costeando con las ventajas de los socaires y zonas de abrigo de la costa. En mar abierto las cosas son distintas. Sin las referencias de la costa, todo es mas monótono y extremo.
En Cala Ratjada surgen problemas. Debido al mal tiempo en el canal de Mallorca-Menorca, tienen que ir posponiendo la salida. Todo el pueblo se vuelca con los remeros y se ofrecen mas de 35 camas de diferente familias, todo un ejemplo de hospitalidad. El Maryola tiene que ser sustituido por el remolcador RR20 que tiene que venir de Alcudia, pero a causa del temporal se retrasa unos días. Para pasar el tiempo, algunos componentes del equipo se dedican a jugar a las cartas en la cantina del puerto. Otro día se van de excursión a las cuevas de Artá. En uno de los días, unos pescadores pierden unas redes a causa del temporal. Mas tarde son recuperada desde una de las piraguas.
Por fin el 19 de agosto, el tiempo da un respiro y llega el remolcador RR20 de madrugada. A las 6 de la mañana empieza la travesía a Ciudadela (Menorca), un recorrido de unas 24 millas. Es la primera vez que la flotilla navegaba en alta mar, sometida a unas condiciones mucho mas duras que las que habían experimentado hasta aquel momento, ya que siempre habían ido costeando con las ventajas de los socaires y zonas de abrigo de la costa. En mar abierto las cosas son distintas. Sin las referencias de la costa, todo es mas monótono y extremo.
Integrantes del barco de avituallamiento "Maryola" en Es Pelats (Capdepera)
Después de mas de 24 horas de travesía, el 20 de agosto llegan a Mahón, al Club Marítimo, donde son recibidos por una multitud de gente increíble, fuegos artificiales, todo tipo de autoridades de la isla, etc.
En Mahón se prepara durante unos días la siguiente singladura, la mas larga de todas, Menorca a Cerdeña (Italia).
En Mahón, el barco de apoyo RR20 es sustituido por el destructor de la Armada Española “Almirante Miranda”, al mando del capitán Don Luis Huertas de los Ríos.
El 23 de agosto, a las 12 del medio día, empieza la travesía de Mahón a Porto Torres (Cerdeña),197 millas. Los estudiantes están un poco nerviosos, aún acusan el esfuerzo de la última travesía desde Cala Ratjada.
El canal entre Menorca y Cerdeña, totalmente abierto al Golfo de León es una zona reconocida entre todos los navegantes por ser extremadamente dura. Se navegó con un fuerte viento del Sudeste fuerza 3 a 4, mientras el estado del mar variaba desde rizada a marejada pasando por tendida del Este. Un buen viento para un velero, pero no para unas piraguas.
Mi padre me comentaba que desde Mahón ya se iba turnando con todos los piragüistas oficiales hasta antes de llegar a Roma.
En alta mar se navegaba durante 24 horas sin parar. El destructor ayudaba a la frágiles piraguas marcando el rumbo, navegando a barlovento para crear zonas desventadas donde las canoas evolucionaban con mas facilidad. Las noches eran muy difíciles de negociar. Se navegaba a ras de agua y expuestos constantemente al oleaje, al frió, a una humedad intensa, muy incomoda. Con una mínima visibilidad.
La gran ventaja, que duda cabe, debieron ser esos extraordinarios amaneceres mediterráneos de final de verano, cuándo la noche pasa de ser una película en blanco y negro a convertirse en un espectáculo multicolor...También, muy seguramente, las derrotas nocturnas de los últimos días de agosto de 1950, el 27 de ese mes la luna estaba llena, lo que trasforma la noche en el mar en un escenario de contrastes, casi mágico, cargado de motivaciones cromáticas...Momentos para disfrutar de la aventura.
Cuando los estudiantes eran subidos al destructor, en los cambios de turno, el médico de abordo les hacía un examen físico, normalmente les tenía que poner inyecciones con un combinado de vitaminas y minerales para ayudarles a superar el cansancio. El sol fue otro problema serio.
Hay que puntualizar que los estudiantes del SEU eran buenos deportistas pero no profesionales y es mas, ¡¡¡ algunos no sabían nadar !!!. O el caso de Calleja, lisiado en una de las extremidades inferiores. Eran de otra pasta...que duda cabe.
Para subir la moral de los estudiantes, se les animaban con el cariño ofrecido de toda la oficialidad y marinería del “Almirante Miranda”. La radio del comandante ofrecía programas de música por la megafonía del barco para que se escuchara desde las piraguas. También por megafonía, se escuchaba la misa que se celebraba el padre Félix Monedero todas las mañanas.
El 24 de agosto, a las 12:43, el hidroavión “Savoia” de la zona de Baleares, vuela sobre las piraguas y envía el siguiente mensaje: “El coronel Galán, en nombre de toda la zona del aérea de Baleares, saluda cariñosamente, con sus mejores votos por un feliz viaje a los audaces estudiantes del SEU. ¡Arriba España!” ¡Viva Franco!. Ya habían realizado la mitad del trayecto Menorca-Cerdeña.
El 25 de agosto, son dados de baja los siguientes remeros:
Cabezudo, con un callo recalentado en la mano izquierda; Araujo, con rotura de fibras musculares en la espalda; Samos, con un furúnculo en el antebrazo derecho; Gosálvez, con agarrotamiento en las manos… Los demás también pasaron su crisis pero transitoria. A la llegada de Cerdeña estaban de baja 6 estudiantes según el parte médico del destructor. Hay fotografías donde se puede ver en las piraguas solo 3 o 2 remeros, no hay suficientes tripulaciones para el relevo.
Hay que puntualizar que los estudiantes del SEU eran buenos deportistas pero no profesionales y es mas, ¡¡¡ algunos no sabían nadar !!!. O el caso de Calleja, lisiado en una de las extremidades inferiores. Eran de otra pasta...que duda cabe.
Para subir la moral de los estudiantes, se les animaban con el cariño ofrecido de toda la oficialidad y marinería del “Almirante Miranda”. La radio del comandante ofrecía programas de música por la megafonía del barco para que se escuchara desde las piraguas. También por megafonía, se escuchaba la misa que se celebraba el padre Félix Monedero todas las mañanas.
El 24 de agosto, a las 12:43, el hidroavión “Savoia” de la zona de Baleares, vuela sobre las piraguas y envía el siguiente mensaje: “El coronel Galán, en nombre de toda la zona del aérea de Baleares, saluda cariñosamente, con sus mejores votos por un feliz viaje a los audaces estudiantes del SEU. ¡Arriba España!” ¡Viva Franco!. Ya habían realizado la mitad del trayecto Menorca-Cerdeña.
El 25 de agosto, son dados de baja los siguientes remeros:
Cabezudo, con un callo recalentado en la mano izquierda; Araujo, con rotura de fibras musculares en la espalda; Samos, con un furúnculo en el antebrazo derecho; Gosálvez, con agarrotamiento en las manos… Los demás también pasaron su crisis pero transitoria. A la llegada de Cerdeña estaban de baja 6 estudiantes según el parte médico del destructor. Hay fotografías donde se puede ver en las piraguas solo 3 o 2 remeros, no hay suficientes tripulaciones para el relevo.
Un hidroavión de la Fuerza Aérea Italiana les recibe llegando a Cerdeña
¡Tierra a la vista! fue el ansiado grito del vigía encamado en la cofa. A las 16:59 del día 26 de agosto el perfil de la costa de Cerdeña ya era visible (Cabo Falcone), están a unas 40 millas de tierra, esto anima mucho a los piragüistas. Saben que les queda una noche para llegar a Porto Torre.
El día 27 de agosto, a las 9:00, las piraguas y el destructor se separan. El destructor no puede pasar por el estrecho de Fornelli, no hay suficiente calado para la nave. Mientras hace el rodeo a la Isla de Asinara, las piraguas hacen rumbo directo a Porto Torres.
A su llegada a Porto Torres, pequeño pueblo marinero. El recibimiento es nulo. No había nadie esperando e incluso la gente no se creían que venían desde España. El ambiente es frío. La única alegría que recibieron aquí, fue al llegar a tierra. Dos marineros entregan a los jefes de las piraguas el siguiente certificado del capitán donde se expone:
Don Luis Huerta de los Ríos, capitán de la fragata, comandante del destructor español “Almirante Miranda”, certifico: Que el día 23 de agosto de 1950, a las doce horas, salió el buque a mi mando del puerto de Mahón (Menorca) convoyando a las piraguas “Virgen del Pilar”, “Virgen del Carmen “ y Virgen de Loreto”, alcanzando las costas de Cerdeña el día 27 del citado mes, a la 13:30 horas, haciendo las piraguas el paso por el Estrecho de Fornelli, entre las islas de Asinara, Piana y Cerdeña, y tocando tierra en Porto Torres, después de una navegación de 97 horas y 30 minutos en las que las piraguas navegaron exclusivamente a remo, manejado por sus propias dotaciones, sin intervención extraña a las mismas de ninguna clase, salvo el avituallamiento desde el buque. Y para que conste, expido el presente certificado, en la mar a 27 de agosto de 1950. Firmado Luis Huertas.
Mas tarde son condecorados por el capitán con unas chapas de latón que dice así: Piragua Mahón-Cerdeña. Loco nº1, 2, 3 hasta 16 (mi padre era el loco nº5). Detrás hay unas iniciales, “A.M., las iniciales del barco nodriza “Almirante Miranda.”
El día 27 de agosto, a las 9:00, las piraguas y el destructor se separan. El destructor no puede pasar por el estrecho de Fornelli, no hay suficiente calado para la nave. Mientras hace el rodeo a la Isla de Asinara, las piraguas hacen rumbo directo a Porto Torres.
A su llegada a Porto Torres, pequeño pueblo marinero. El recibimiento es nulo. No había nadie esperando e incluso la gente no se creían que venían desde España. El ambiente es frío. La única alegría que recibieron aquí, fue al llegar a tierra. Dos marineros entregan a los jefes de las piraguas el siguiente certificado del capitán donde se expone:
Don Luis Huerta de los Ríos, capitán de la fragata, comandante del destructor español “Almirante Miranda”, certifico: Que el día 23 de agosto de 1950, a las doce horas, salió el buque a mi mando del puerto de Mahón (Menorca) convoyando a las piraguas “Virgen del Pilar”, “Virgen del Carmen “ y Virgen de Loreto”, alcanzando las costas de Cerdeña el día 27 del citado mes, a la 13:30 horas, haciendo las piraguas el paso por el Estrecho de Fornelli, entre las islas de Asinara, Piana y Cerdeña, y tocando tierra en Porto Torres, después de una navegación de 97 horas y 30 minutos en las que las piraguas navegaron exclusivamente a remo, manejado por sus propias dotaciones, sin intervención extraña a las mismas de ninguna clase, salvo el avituallamiento desde el buque. Y para que conste, expido el presente certificado, en la mar a 27 de agosto de 1950. Firmado Luis Huertas.
Mas tarde son condecorados por el capitán con unas chapas de latón que dice así: Piragua Mahón-Cerdeña. Loco nº1, 2, 3 hasta 16 (mi padre era el loco nº5). Detrás hay unas iniciales, “A.M., las iniciales del barco nodriza “Almirante Miranda.”
Dada la poca hospitalidad de la población de Porto Torres, 24 horas después y a pesar de estar agotados, el día 28 deciden hacer la siguiente singladura. Salen de Porto Torres y ponen rumbo al Cabo Testa, un recorrido de 42 millas y con casi calma chicha. Aquí hacen una parada de 12 horas y salen de nuevo.
El 29 de agosto, llegan a la Maddalena después de remar 15 millas. Aquí si son recibidos como se merecen. Todo el pueblo y una delegación del Vaticano les está esperando. Son desplazados a la colonia del Nido del Águila, institución que depende del mismo Vaticano. La estancia aquí dura bastantes días ya que Luis Nieto, uno de los remeros, tiene que desplazarse a Civitacecchia para ser tratado de una forunculosis en el brazo derecho. Jesús Luque, como jefe de la expedición, lo acompaña y aprovecha el viaje para resolver en Roma algunas cuestiones relacionadas con la recepción y alojamiento.
El destructor “Almirante Miranda” es sustituido por un dragaminas de la flota italiana. El problema es que no aparece y retrasa en mas de una semana la salida del penúltimo salto.
Los estudiantes están totalmente recuperados después de tantos días de espera, están ansiosos por salir y llegar a Roma lo antes posible.
Por fin, el día 10 de septiembre, el barco de avituallamiento italiano aparece.
Recuerdo que mi padre me decía, que la comida del barco italiano no era muy buena, echaban de menos al cocinero del “Almirante Miranda”.
El día 11 de septiembre, por fin, salen pero con un cambio de recorrido de última hora. Se decide no hacer el salto directo a Ostia, el parte del tiempo no lo aconseja. Deciden subir hacia Córcega e ir costeando el litoral que está formada por extensas playas y les permite navegar de forma tranquila y segura. Después de remar unas 24 horas, deciden hacer una parada en la playa. Jesús Luque decide mirar por detrás de unas dunas para ver si hay algún pueblo. Tiene la desgracia que han parado justo cerca de una prisión militar y Jesús es detenido pensando los militares franceses que es un espía alemán. Después de varias horas de papeleo entre el gobierno francés e italiano y gracias a las declaraciones del capitán del dragaminas, deciden soltarlo. Acto seguido salen rumbo a la Isla de Montecristo donde al llegar dejan las piraguas al cuidado de unos pescadores. El dragaminas los acerca a la isla de Elba donde pasan la noche.
El 13 de Septiembre ponen rumbo hacia Fiumicino (Ostia), 100 millas. Un salto duro por la distancia pero con vientos favorables, lo que les permite hacer una buena media de 3 nudos.
Día y medio después, el 15 de Septiembre llegan a Fiumicino (Ostia) por la tarde. Todos están encantados. Solo les falta una etapa para terminar la aventura. Atrás quedaban muchas millas de dura navegación y recuerdos, cargados de anécdotas increíbles, que a todos ellos les iban a acompañar el resto de sus vidas. Cuando van a cena y reponer fuerzas, reciben la orden de que hay que partir esa misma noche hacia Roma, no hay descanso. Tantos retrasos en algunas de las escalas hacían peligrar la audiencia con su Santidad el Papa Pío XII. Después de cenar y con cierto malestar por el cansancio, esa misma noche a las 11 horas salen dirección a Roma por el río Tiber, acompañados de una lancha de la Policía Fluvial de Roma con un práctico a bordo. Para este trayecto, los remeros son los asignados oficialmente desde el inicio. Los reservas ,el cura y varias personalidades del SEU, van a Roma en un autobús.
Este último tramo, que se supone que tiene que ser un "paseo", un mero tramite para unas tripulaciones que han navegado en condiciones tan extremas, se convierte en una auténtica pesadilla y en el mas peligroso de todos. Esa misma noche cae una auténtica tromba de agua. Fue una tormenta muy fuerte, típico de finales del verano en el Mediterráneo. Como resultado el río Tiber baja con un nivel muy superior de agua al que es habitual, la corriente es fortísima, casi imposible de remontar. Hay momentos que las piraguas casi no avanzan. En los rápidos, junto a los puentes, en ciertas ocasiones incluso se pierde el control de las piraguas con serio peligro de volcar, lo que a parte de peligroso para la integridad física de las tripulaciones podía frustrar el objetivo de la expedición. Fue, posiblemente, para aquellos grandes navegantes una noche larga y cargada de emociones.
El día 16 de septiembre de 1950, tras un mes y un día de navegación, por fin, a las 12 del mediodía llegan los estudiantes a Roma, donde son acogidos con vítores y aplausos por una gran multitud que les estaba esperando. Una vez llegaron frente al Circolo Canotaggio, las embarcaciones fueron izadas. Aquí fueron recibidos por el embajador español ante la Santa Sede, Joaquín Ruiz Giménez, el alcalde de la ciudad, comandantes de ambas Marinas, Sanori y Catalán, etc... Acto seguido, las piraguas son llevadas a hombro por los propios protagonistas hasta la misma Plaza del Vaticano donde son expuestas. Un espectáculo increíble que quedo claramente registrado en los noticiarios y crónicas de la época. Esa misma noche los estudiantes del SEU hablan desde Radio Vaticano donde cuentan su hazaña. En la intervención de Hernández Rivadulla, comenta que durante la travesía recibe la noticia del nacimiento de una hija, a la que no conoce todavía.
El lunes 18 de Septiembre son recibidos en Casteligandolfo, en audiencia privada, por su Santidad el Papa Pío XII que les cuenta que ha estado siguiendo día a día la peregrinación y ha rezado por ellos. Luego les regala unas piraguas de plata en miniatura. Los piragüistas regalan una de las piraguas (Virgen de Loreto) a su Santidad. Embarcación que permanece guardada en el Vaticano, aunque nunca ha sido expuesta al público.
Como vemos, tuvieron audiencia hasta con el mismo Papa Pío XII
El 25 de septiembre, por la noche, los piragüistas del SEU, llegan al aeropuerto de Barajas donde son recibidos como auténticos héroes nacionales.
Ya en España, semanas mas tardes, los 16 remeros, son condecoraros con la Cruz al Mérito Naval distintivo blanco y la Orden de Cisneros. También son nombrados con el título de Hijos Predilectos de Valladolid, la mitad de los remeros eran de esta ciudad.
Han pasado ya 63 años desde esta autentica aventura. Resulta curioso que nadie, que sepamos, haya intentado repetir esta singladura. Que un record deportivo tan excepcional no fuese el argumento, o si acaso la excusa para que, de vez en cuando, se rememorase esta gesta, esta locura...Lo que esta claro que no es un desafió fácil. Nosotros, los hijos de Pepín que, entre otras cosas, heredamos de él, su amor y afición al mar, somos también navegantes. La ruta de aquellas magnificas piraguas de alma norteña, la hemos cubierto a bordo de veleros en alguna una ocasión. Aseguro que no es fácil navegar de Palma a (Civitacecchia) Roma. El Mediterráneo a partir del 15 de agosto es muy poco previsible, inestable y susceptible de convertirse en un escenario muy duro. La hazaña de aquellos valientes y entusiastas 16 estudiantes del SEU de Madrid es muy digna de ser recordada. Es, en muchos aspectos, irrepetible.
Que estas líneas queden en su honor. Como un pequeño homenaje a mi padre (loco nº5) y a aquellos extraordinarios compañeros con los que cruzo todo en Mediterráneo occidental bajo los cielos de aquel final de verano de 1950.
Gracias a mis hermanos por ayudarme y animarme a investigar y escribir esta historia.
Gracias a Lorenzo Miró y Sebas Bauza (FAM) por hacerme un huequecito en su blog y publicarlo.
Y también mi gran agradecimiento a Florencio Noruega “Floro” y Virgilio Hernández Rivadulla, dos de los piragüistas, que me han dado información valiosísima para poder completar esta magnífica aventura.
Alejandro Sans.
Filmación del NO-DO del 15 de agosto de 1950 que recoge la partida de los piragüistas
El destructor Almirante Miranda en el puerto de Palma
Las piraguas de camino a Palma en el vapor Valencia - Palma de Mallorca
Jesús Luque -con gafas de Sol- uno de los promotores de la idea
Misa en el oratorio de San Telmo y bendición de piragüistas
Salida desde el Club Náutico de Palma a Cabo Salinas
Parte del equipo con el autobus, Arta - Cala Ratjada
El capitán Jesús Luque posando aguerridamente
Una visita por la zona de Capdepera
Tareas de mantenimiento para el equipo de reserva
Como vemos, también hubo momentos de relax y diversión en el barco de apoyo
Llegada al puerto de Mahón
Los cocineros del destructor Almirante Miranda en plena faena culinaria
¡¡ Agua por favor !! El cansancio de los piragüistas era extremo
El médico del barco administrando una inyección de vitaminas
El agotamiento era total ante un mar sin fin miraras donde miraras
Reunión de jefes de equipo y militares en el Almirante Miranda
Llega el barco de apoyo italiano
A la vista, las costas de Italia; estaban llegando al final de la aventura
Desembarcando de las piraguas ya en la ciudad de Roma
De Roma al Vaticano con las piraguas al hombro
Parte del equipo de estudiantes de la SEU en Roma
Placa de reconocimiento a todos los integrantes de la Federación Española de Remo
Una historia maravillosa. Yo, que tuve el placer de conococer a Pepín Sans, sé que hubiera disfrutado mucho tiempo más de sus amor por el deporte. Enhorabuena Alex. Lorenzo -Pipe- Sarmiento
ResponderEliminarEso es aventura y lo demás son tonterías; auténticas correrías de estudiantes, y más en aquellos tiempos. Ya me hubiese gustado. Aprovecho para saludarte, Lorenzo, esperando que te encuentres muy bien. Abrazos desde el sur.
ResponderEliminarNo sabía de esta aventura. Gran relato.
ResponderEliminarSaludos Lorenzo.
Mgnífica historia i magnífic treball....
EliminarÀngels
Una expedición muy audaz, de la que tuvieron sus inconvenientes pero al final lograron su meta incluso con una audiencia con el Santo Padre.
ResponderEliminarFeliz Pascua
Impresionante !!! no sabia de esta azaña,con tu permiso comparto en un foro de kayakdemar nacional con muchisimos seguidores de este deporte-aficion.
ResponderEliminarViendo en el mapa la distancia entre Menorca y Cerdeña, esas casi 200 millas debieron ser una auténtica tortura.
ResponderEliminarUn reto impresionante aquel viaje. Un saludo.
Alucinante!! Los que navegamos en barcos sabemos muy bien lo que quiere decir cruzar el mediterraneo, sobre todo en el periodo en que lo hicieron ellos, pero, si encima practicamos piragüismo (en Mallorca), la aventura nos parece espectacular!!
ResponderEliminarRepetir tal hazaña al dia de hoy seria mucho mas facil a nivel tecnologico pero, a mi parecer, casi imposible a nivel burocratico, a menos que, algun deportista de elite, no tenga la espalda cubierta por grandes marcas que le sponsorizan, entonces ya se sabe...con dinero todo se hace posible!!
No hace falta decir que en mi club nos encantó leer este relato!
saludos!
Estupendo homenaje a tu padre, Alex, al que quise con locura y al que tengo en mi corazon y en mis pensamientos siempre. Mis hijos, sin haberlo conocido por desgracia, conocen la hazaña y conocen su personalidad. Un abrazo, Alex. María
ResponderEliminarGran gesta, épica travesía desconocida por la inmensa mayoría de piragüistas mallorquines. Un ejemplo a seguir tanto a nivel deportivo como humano. Enhorabuena por difundir este valiosísimo documento.
ResponderEliminarNa Guàrdia
Muy bonito ALex...impresionante.
ResponderEliminarCasi como recorrer la Península a lomos de una Montesa del 51.
Pedro y Gema
Una gran historia, con tu permiso, lo compartiré en mi blog www.voltamallorca2013.blogspot.com
ResponderEliminarGracias!
Soy Hijo de uno de los piragüistas, que aún vive, Rafael Fernández SAMOS, tiene 91 años y conserva fotos, diplomas y medallas en casa. Desde muy pequeño siempre he rememorado la historia, pero he visto fotos y videos que creo que él nunca ha visto, así que le encantará. Gracias.
ResponderEliminarDispongo de otras fotos que podrían ser muy interesantes para completar el relato
ResponderEliminarrafasamos@telefonica.net
Hola Rafael.
ResponderEliminarGracias por las fotos que me has enviado. Ya he hablado con Lorenzo para actualizar algunas fotos.
Me gustaría que aparecieran mas familiares y organizar una reunión para recordar esta aventura tan grande.
Si tu o alguien que lea este blog conoce a mas familiares de los piragüistas, por favor contactar en este mismo blog o en el mail sans.alex@gmail.com
Esta historia se ha publicado en la revista del Real Club Náutico de Palma del mes de agosto.
Gracias.
Hola Alejandro, mi nombre es Ignacio y soy hijo del que llamas Juanito (Juan Antonio Ferrández Gómez de Virgen del Carmen) y sobrino de Jesús Luque ambos ya fallecidos hace algunos años.
ResponderEliminarComo el hijo de Rafael Fernández, en mi casa también se ha recordado toda la vida esta hazaña que mi padre realizó con todos sus compañeros del SEU. También me contó que tiempo después intentaron otra hazaña -quizas demasiado descabellada- de llegar a Dublín desde San Sebastián, que casi acaba en tragedia por los fuertes temporales del Cantábrico. En mi casa (mi madre todavía vive) guardamos con cariño toda la documentación que mi padre conservaba sobre esta gesta, incluidos los diplomas y recortes de periodicos de la época. Un saludo muy fuerte y contad con mi familia para lo que sea. iferrandez66@hotmail.com
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBafertop@Gmail.com
EliminarBafertop@Gmail.com
EliminarCangas de Morrazo Febrero 2015
ResponderEliminarCorría el año 1930 cuando se decidió competir con piraguas en la Ría de Vigo. El club Rodeiramar encarga a Juan Azpeitia cinco piraguas iguales de dos plazas eslora 7,20 y manga máxima 58 cm,,, todas fueron construidas con largueros costillas y cuatro cuadernas,,, que formaban la estructura y esta iba cubierta por debajo de amura a amura y de proa a popa por una fina lona impregnada en aceite de linaza y posteriormente pintada en blanco con una capa de barniz marino, quedando así impermeabilizada. Por encima plafones marinos curvados para dar forma remachados contra amuras y cuadernas, posteriormente barnizados.
Compitieron hasta que llegó la guerra.
Una de las parejas eran tíos-abuelos míos,,, en los años 80 una de esas piraguas volvió a casa por decisión de quien la tenía,,,años después,, abandonada en el invernadero de la finca pedí me la regalaran antes de hacerla astillas para leña.
Con la gran ayuda del hijo del constructor Jeluco Azpeitia y Lois (más conocido por ZORRO) la piragua se desnudó y se restauró siguiendo los mismos procesos de construcción algo complicados y artesanales.
La piragua Don Juan así llamada en su día navega hoy por la Ría y llama la atención por su belleza.
Quería con esto animar a rescatar alguna de estas piraguas,,, incluso pedir al Vaticano aquella de la que dispone. Con interés y sentimiento se puede lograr poner en el agua estas obras de carpinteros de ribera que están abocados a su desaparición.
Un abrazo para todos
Cangas de Morrazo Febrero 2015
ResponderEliminarCorría el año 1930 cuando se decidió competir con piraguas en la Ría de Vigo. El club Rodeiramar encarga a Juan Azpeitia cinco piraguas iguales de dos plazas eslora 7,20 y manga máxima 58 cm,,, todas fueron construidas con largueros costillas y cuatro cuadernas,,, que formaban la estructura y esta iba cubierta por debajo de amura a amura y de proa a popa por una fina lona impregnada en aceite de linaza y posteriormente pintada en blanco con una capa de barniz marino, quedando así impermeabilizada. Por encima plafones marinos curvados para dar forma remachados contra amuras y cuadernas, posteriormente barnizados.
Compitieron hasta que llegó la guerra.
Una de las parejas eran tíos-abuelos míos,,, en los años 80 una de esas piraguas volvió a casa por decisión de quien la tenía,,,años después,, abandonada en el invernadero de la finca pedí me la regalaran antes de hacerla astillas para leña.
Con la gran ayuda del hijo del constructor Jeluco Azpeitia y Lois (más conocido por ZORRO) la piragua se desnudó y se restauró siguiendo los mismos procesos de construcción algo complicados y artesanales.
La piragua Don Juan así llamada en su día navega hoy por la Ría y llama la atención por su belleza.
Quería con esto animar a rescatar alguna de estas piraguas,,, incluso pedir al Vaticano aquella de la que dispone. Con interés y sentimiento se puede lograr poner en el agua estas obras de carpinteros de ribera que están abocados a su desaparición.
Un abrazo para todos
Cangas de Morrazo Febrero 2015
ResponderEliminarCorría el año 1930 cuando se decidió competir con piraguas en la Ría de Vigo. El club Rodeiramar encarga a Juan Azpeitia cinco piraguas iguales de dos plazas eslora 7,20 y manga máxima 58 cm,,, todas fueron construidas con largueros costillas y cuatro cuadernas,,, que formaban la estructura y esta iba cubierta por debajo de amura a amura y de proa a popa por una fina lona impregnada en aceite de linaza y posteriormente pintada en blanco con una capa de barniz marino, quedando así impermeabilizada. Por encima plafones marinos curvados para dar forma remachados contra amuras y cuadernas, posteriormente barnizados.
Compitieron hasta que llegó la guerra.
Una de las parejas eran tíos-abuelos míos,,, en los años 80 una de esas piraguas volvió a casa por decisión de quien la tenía,,,años después,, abandonada en el invernadero de la finca pedí me la regalaran antes de hacerla astillas para leña.
Con la gran ayuda del hijo del constructor Jeluco Azpeitia y Lois (más conocido por ZORRO) la piragua se desnudó y se restauró siguiendo los mismos procesos de construcción algo complicados y artesanales.
La piragua Don Juan así llamada en su día navega hoy por la Ría y llama la atención por su belleza.
Quería con esto animar a rescatar alguna de estas piraguas,,, incluso pedir al Vaticano aquella de la que dispone. Con interés y sentimiento se puede lograr poner en el agua estas obras de carpinteros de ribera que están abocados a su desaparición.
Un abrazo para todos
Cangas de Morrazo Febrero 2015
ResponderEliminarCorría el año 1930 cuando se decidió competir con piraguas en la Ría de Vigo. El club Rodeiramar encarga a Juan Azpeitia cinco piraguas iguales de dos plazas eslora 7,20 y manga máxima 58 cm,,, todas fueron construidas con largueros costillas y cuatro cuadernas,,, que formaban la estructura y esta iba cubierta por debajo de amura a amura y de proa a popa por una fina lona impregnada en aceite de linaza y posteriormente pintada en blanco con una capa de barniz marino, quedando así impermeabilizada. Por encima plafones marinos curvados para dar forma remachados contra amuras y cuadernas, posteriormente barnizados.
Compitieron hasta que llegó la guerra.
Una de las parejas eran tíos-abuelos míos,,, en los años 80 una de esas piraguas volvió a casa por decisión de quien la tenía,,,años después,, abandonada en el invernadero de la finca pedí me la regalaran antes de hacerla astillas para leña.
Con la gran ayuda del hijo del constructor Jeluco Azpeitia y Lois (más conocido por ZORRO) la piragua se desnudó y se restauró siguiendo los mismos procesos de construcción algo complicados y artesanales.
La piragua Don Juan así llamada en su día navega hoy por la Ría y llama la atención por su belleza.
Quería con esto animar a rescatar alguna de estas piraguas,,, incluso pedir al Vaticano aquella de la que dispone. Con interés y sentimiento se puede lograr poner en el agua estas obras de carpinteros de ribera que están abocados a su desaparición.
Un abrazo para todos
Acabo de encontrar este maravilloso diario del viaje que hizo mi padre, Hernando Calleja García (el que va con los bastones, le faltaba una pierna y luego fundó la Federación de Piragüismo), con unos amigos, desde Palma hasta Roma. Me ha emocionado, conocí la mayoría de ellos cuando era pequeña. Buscaba referencias de este viaje, para el sobrino de otro componenete de la expedición, Carlos Piernavieja, que fue campeón de natación y nos enseñó a nadar a mis hermanos y a mi cuando éramos pequeños. En los agrade¡cimientos, nombra a Floro Noriega, nunca llegué a conocerle, pero él a mi sí, fue mi padrino de bautismo.
ResponderEliminarGracias Alejandro, por este regalo. Un abrazo.
Itziar Calleja Kempin (itzkempin@hotmail.com)
Voy a intentar rememorar esta hazaña y me gustaría contactar con los familiares de estos "locos".
ResponderEliminarUn saludo.
Cggbsr@gmail.com
El abuelo de mi mujer es Jesús Luque Recio, me encantaría disponer de todas las fotos que pudierais mandarme de aquella gesta, para enseñárselas a sus bisnietos y no quede en el olvido. Gracias. jrmoratinos@hotmail.com
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