24 de julio de 2012

La Plaza de la Reina y el Paseo del Borne: Breve reseña histórica

El monumento a la Reina Isabel II recién terminado

El 11 de Septiembre de 1860 visitó nuestra ciudad la Reina Isabel II acompañada de su esposo el Rey consorte Francisco de Asís y sus hijas las Infantas Isabel y Pilar y el Príncipe de Asturias, después Alfonso XII.  La Reina, colocó la primera piedra del monumento con el que la ciudad de Palma le quiso honrar conmemorando su visita. Aquél monumento lo situaron al final del Paseo del Borne. Fue un bello y rico monumento formado por un cuerpo cilíndrico sobre una escalinata, con cuatro pedestales salientes que sostenían otras tantas estatuas  que representaban la Paz, la Guerra, la Industria y la Agricultura; y en lo alto de la construcción la estatua de la Reina, muy bien lograda, obra del escultor BOVER.

Echando abajo el monumento
Y decimos "fue un bello y rico monumento" porque el mismo únicamente duró apenas 8 años. Fue  arrasado y destruido en 1868 por la furia de un grupo de mallorquines que participaron en los altercados que tuvieron lugar en Palma, cuando se tuvo noticia de la huída de la familia real a Francia al estallar la Revolución del 9 de Septiembre de 1868. Pero antes de su destrucción, los mallorquines pudieron contemplar aquella maravilla durante casi una década. En el año 1863,  como había quedado el monumento un tanto “alejado" de lo que era el Paseo del Borne, se pensó en prolongar el Paseo hasta donde estaba el monumento. Hubo sus más y sus menos a este propósito.
Pero el 18 de marzo del citado año, los asiduos concurrentes del Borne  se vieron sorprendidos por un movimiento inusitado que iba creciendo a medida que iba avanzando la noche, mientras acudían también numerosos carros cargados de tierra y muchos obreros con herramientas y espuertas a los que se agregó un pelotón de soldados  provistos de picos, palas y azadones.

Al amanecer del día siguiente, fiesta de San José, la gente pudo comprobar como se había prolongado el Borne hasta el pie del monumento y también como habían desaparecido las "leonas" y el escenario donde tocaba la banda de música. De esta forma tan premeditada y organizada, se dio cumplida cuenta al acuerdo que había aprobado el Ayuntamiento nada más y nada menos que el 25 de abril de 1861 (dos años antes) y que no había podido llevarse a cabo por las protestas de ciertos sectores. Por la premura de esa reforma, surgió un estribillo popular que decía “El batle Billón, en un vespre ha allargat el Born”.

El Borne en los días de Carnaval de la década de los años '20

Posteriormente, el Paseo del Borne, fue objeto de otras reformas. En primer lugar la reposición del escenario para que tocara la banda de música militar no tuvo lugar hasta 1864, que fue cuando el coronel del Regimiento de Palma propuso al Ayuntamiento la indicada reposición para mayor comodidad de los músicos y mayor desahogo de los paseantes.  Se construyó en el ángulo que forma la calle de San Felio -denominada antiguamente de “Ses Carasses”- y el nuevo andén que se había construido para los carruajes.

El escenario para la Banda de Música en el lateral del Borne

Como hemos dicho el monumento a  Isabel II quedó destruido en 1868 y al lugar donde estuvo ubicado entre el Teatro Lírico y el Paseo del Borne se le puso el nombre de "Plaza de la Reina". Hasta 1895 no fueron reintegradas las leonas a sus respectivos lugares. Cuando retiraron las esfinges las trasladaron al depósito de los Capuchinos donde permanecieron abandonadas y sujetas a las inclemencias del tiempo y al escarnio de los hombres. Por cierto, en aquél depósito municipal quedaron dos de las cuatro estatuas, ya que el 8 de junio de 1868 se había autorizado a Don Manuel Villalonga a enajenar las otra dos.  Las que quedaban estaban muy deterioradas y pese a prohibir el Ayuntamiento su modificación, se decidió la restauración para reparar sus desperfectos y a su vez para disminuir los exagerados pechos que el escultor MATEU había realizado.

Las leonas en el solar municipal
Lo cierto es que si bien el paseo del Borne a lo largo de su historia ha sido siempre el punto de cita de los paseantes ciudadanos, a partir de 1895  es cuando se acentúa más esta faceta, ya que fueron multiplicándose los cafés y horchaterías. Mas tarde aparecieron “Ses Botiguetes” (modestos centros de reunión con mobiliario rudimentario e irrisorio, que se colocaban en verano a lo largo de las fachadas y que consistían en sencillos bancos de madera para solaz de los tertulianos.  “Botiguetes” que fueron las pioneras de las sociedades recreativas primero y últimamente de los grandes bares y restaurantes que se han ido instalando a lo largo de los años en el Paseo.

Las famosas farolas del Borne a principios de siglo

Durante mucho tiempo tuvo el Borne su piso de tierra, y ya se puede suponer el barro que había en invierno y el polvo en verano. Hasta la segunda mitad del siglo XIX no se pavimentó lo que era el Paseo, dejando al principio los andenes todavía de tierra.  En cuanto a la iluminación cabe señalar que de las luces de aceite se pasó a las farolas de petróleo y en 1859 se colocaron cuatro grandes farolas de gas, justamente en el centro del paseo, ceñidas por un rodapié de piedra.

La fuente de las tortugas al principio estaba colocada en el mismo Paseo del Borne, ya que el mismo arbolado del Paseo llegaba hasta la confluencia con la calle Jaime III. Posteriormente la fuente fue reformada y colocada en el centro de la plaza donde figura actualmente.

A principios de siglo, la fuente estaba en la calzada del mismo Borne

Existe un artículo de José Orlandis que bajo el título “El adiós del Borne”, publico el Diario de Mallorca el 7 de Octubre de 1966, antes de la reforma que se iba a realizar en el Paseo. Lo reproducimos a continuación, por su interés histórico.

“Dentro de pocos días van a comenzar las obras de reforma de este viejo paseo, tan lleno de nostalgias y de dulces recuerdos. Los que no alcanzasteis a vivir las postrimerías del pasado siglo y los albores del presente, difícilmente podréis imaginar lo que representó para la ciudad, el Borne de aquéllos tiempos. Cuando Palma aún era la capital e las Isla de la Calma, era el Borne el corazón de todos... En las soleadas mañanas de invierno, o en las tibias noches de primavera y verano, iba al Borne los jueves y domingos a escuchar los sones de la banda del Regimiento de Infantería, Palma 61,  que bajo la batuta del maestro Perelló primero y de Pepe Balaguer y Torrandell después, tocaba fragmentos de las zarzuelas más en boga o valses de Waldteufle o Straus, en lo alto del escenario  de madera, situado en lo que era antes el Restaurante Antonio.

 1928.  La gente paseando por el Borne con sus mejores trajes

La gente vieja estaba situada en los sillones de hierro o en las sillas de enea, que costaban 10 y 15 céntimos respectivamente y los jóvenes daban vueltas por el Paseo, en el que nacieron tantos amores, que escuchó el latido de tantos corazones, cuando la modesta mirada de alguna niña, se cruzaba con la de algún apasionado pretendiente, que con esto se sentía lleno de felicidad y de esperanza. Al llegar la hora de cenar, la gente desfilaba y el joven enamorado seguía de lejos  a su Dulcinea, que acompañada de su madre marchaba a casa, esperando que, antes de entrar en el portal, se volviera para enviarle una última mirada, una postrera sonrisa, que era como un anticipo del cielo. Jóvenes que lo leéis, los que vivís la vida libre y tumultuosa de hoy, no podéis entenderme, como no podéis imaginar el silencio de una ciudad sin ruidos, sin coches, sin prisas. Todo esto representaba el Borne que se va. Y por esta razón muchos no sentirán pena al verlo desaparecer, como lo sentirán otros, porque para ellos está lleno de recuerdos de toda una vida.

Los bancos del Borne con su respaldo metálico
Y para terminar quiero dirigir un ruego al Sr. Presidente de la Comisión de Vías y Obras de nuestro Ayuntamiento. Uno de los elementos más característicos de nuestro Borne, eran sus bancos; modestos, sencillos si queréis, pero muy dignos y muy nuestros. Si los hubierais visto entre mil, los hubierais reconocido enseguida. Al desaparecer el actual paseo, os ruego que las losas de sus asientos o los hierros de sus respaldos, no vayan a parar al mar para servir de relleno a solares de futuras urbanizaciones. Desmontadlos con cariño y guardadlos para ser colocados, el día de mañana, previamente restaurados, en algún jardín, en alguna glorieta, como recuerdo de aquél viejo Borne que hoy agoniza. (JOSÉ ORLANDIS. "Diario de Mallorca", 7 Octubre 1966)."

El Borne en 1915

Los dias de fiesta todo el mundo se paseaba por el Borne

La Plaza de la Reina en 1959

El Borne con el Kiosco a la izquierda y el Bar Tortuga a la derecha en 1959

1960.  Terrazas de bares en los laterales del Borne.

La Plaza de las Tortugas en 1961

La Plaza de la Reina con la Almudaina y la Catedral al fondo en 1973

En la actualidad, han permitido poner terrazas de bares en el Borne. Definitivamente, ahora ya sí que se ha perdido la antigua esencia de tan emblemático lugar. Una verdadera pena.


21 comentarios:

  1. El articulo del periodista JOSÉ ORLANDIS, muy bueno y conmovedor, pero las ciudades se modernizan para empeorarse muchas veces, quizás tampoco la gente ahora pasearía como se paseaban anteriormente.
    Me alegro de volverte a leer, un abrazo

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    1. Tienes razón Mari-Pi. Siempre se moderniza a peor me parece a mi.
      Un abrazo.

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  2. Que pena la estatua de Isabel II.

    Muy amena reseña, amigo.


    Un abrazo.

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  3. Me ha gustado el las fotos y el autobus chauson de la época ¡¡¡ salut

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    1. Gracias Miguel. Los autobuses sustituyeron los tranvías lamentablemente.
      Saludos!!

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  4. Hola Lorenzo:
    El paseo ha sido testigo de los cambios de la ciudad, incluso el mismo ha sido objeto de cambio.

    Lastima lo del monumento...Los fanáticos son malos vengan de donde vengan. Dejaron a la ciudad sin un punto de referencia y encuentro.

    Saludos

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    1. Hola doctor.
      Eso de derribar viejos signos ya viene de lejos. Hasta los faraones lo hacían.
      Saludos!

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  5. Fenomenal artículo y muy interesantes fotos. Estupendo.
    Una indicación sobre la Plaza de las Tortugas: la confluencia a Jaime III es de los años 50 del siglo XX. Anteriormente no existía esa avenida. Se cuenta que los carruajes para entrar en el Born atravesaban el patio del Solleric pues aquella zona era un dédalo de callejones.

    La verdad es que el Born era el centro social de la ciudad hasta cerca de los años 70. Allí se juntaba todo Palma, en las terrazas de sus bares como el Formentor, el Miami, el Oriente, el Bosc, el Antonio, la Granja Reus y otros.
    El bulevar o paseo central ha tenido algunos acortamientos y alargamientos en ambos extremos, incluso la fuente de las Tortugas ha sido desplazada unos pocos metros.

    Me ha gustado mucho este artículo.

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    1. No sabía lo de que los carruajes atravesaran el Solleric amigo Fabián. Y en honor a la verdad el articulo es del blog UEP! de Luis Estelrich. Si clicas en la "fuente" accederás a su recomendable pagina.

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  6. Hay que ver que afición a derribar estatuas tienen algunos. Un saludo Lorenzo.

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    1. Luego siguió con todas las de Franco me parece a mi.
      Un saludo.

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  7. Excelente texto y magníficas fotos. Todo un documento.
    Un abrazo

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  8. Magnifico texto y preciosas fotos.Totalmente de acuerdo con lo de las terrazas ,cuando paseo por el borne y lo hago muy a nenudo ,me indigna ver que los intereses de algunos perjudican a los ciudadanos .Es born es nostro!!!!!!!!!! Teresa.

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    1. Hola Teresa.
      Cierto lo que dices, ahora el paseo se ha convertido en una terraza para unos pocos turistas. Ya no es lo mismo.
      Saludos!

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  9. Cierto que no he encontrado aun fotos. Echo de menos una referencia al banco mallorquín emblemático del Borne, el Fomento Agrícola de Mallorca, ubicado en los bajos del Palau Solleric desde 1898 hasta 1949 y posteriormente hasta finales de los años 80 absorbido por el Banco de Bilbao (hoy BBVA) que se trasladó posteriormente a una parte de la Cafetería Miami.

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  10. Si estuvo hasta el '49 seguro que tiene que haber fotos. Es más, yo diría que he visto alguna. Si la encuentro la subiré a mi pagina de Facebook. Allí hay un nuevo álbum dedicado sólo al Borne. Invitado queda, Anónimo.

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  11. Los tiempos cambian y las ciudades cambian sus perfiles.

    un fuerte saludo


    fus

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  12. ¡Que estupendas fotos!
    Os recomiendo la lectura de un libro denominado "La ciudad desvanecida" del mallorquín Mario Verdaguer. Son sus recuerdos de infancia y nos ofrece un bello recorrido por la Palma de principios del s. XX.

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  13. Mi madre vivió en Palma de Mallorca durante la Guerra Civil, concrétamente en la plaza de la Puerta de Santa Catalina. Recordaba el refugio antiaéreo enfrente de la iglesia y los bombardeos pero sobre todo, y como la niña de cinco años que tenía entonces, las ensaimadas (al parecer las mejores de la ciudad) y los helados de la cafetería Granja Reus donde le llamaba la atención un enorme lagarto. disecado en la pared del local. En fin recuerdos de infancia.

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